Modelo de toma de decisiones en proyectos creativos: modelo horizontal Munco
- Munco

- 11 sept
- 12 Min. de lectura

Cuando alguien nos pregunta cómo trabajamos en Munco, una de las primeras cosas que mencionamos es que no tenemos jefas ni “directoras creativas” que tengan la última palabra en las decisiones importantes. En nuestro estudio, todas tomamos decisiones juntas, lo que significa que cada voz cuenta, cada voto tiene su peso y cada miembro del equipo asume una responsabilidad en el proceso creativo. Esta estructura no solo fomenta un ambiente de colaboración, sino que también empodera a cada integrante a contribuir con sus ideas y perspectivas únicas, enriqueciendo así el proceso creativo.
Parece simple a primera vista. Pero en el mundo del diseño y la arquitectura, esta forma de trabajar es bastante inusual. La mayoría de los despachos operan bajo una estructura piramidal: en la cúspide se encuentra una figura con un título grandilocuente, quien toma decisiones de manera unilateral; por debajo, un equipo que se limita a ejecutar las instrucciones sin cuestionar ni aportar su propia visión. Esta jerarquía puede limitar la creatividad y la innovación, ya que las ideas frescas y las perspectivas diversas a menudo se ahogan en el proceso de toma de decisiones.
Nosotras elegimos otro camino. Creemos firmemente que la creatividad no nace del control, sino del diálogo. En nuestro enfoque, cada miembro del equipo tiene la oportunidad de expresar sus ideas y preocupaciones, lo que crea un ambiente donde el pensamiento crítico y la discusión abierta son valorados. Consideramos que una buena decisión no es necesariamente la del más inteligente, sino la que surge en colectivo, a través de un intercambio de ideas que permite explorar diferentes ángulos y soluciones. Este modelo no solo enriquece el resultado final, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y compromiso dentro del equipo.
Este artículo se propone explicar cómo funciona, en la práctica, nuestra toma de decisiones horizontal en proyectos creativos. Detallaremos los métodos que empleamos para facilitar este proceso colaborativo, así como los beneficios que hemos observado a lo largo del tiempo. No solo es posible implementar un modelo de trabajo horizontal, sino que, además, hemos encontrado que este enfoque mejora significativamente la calidad del trabajo final. A través de ejemplos concretos y testimonios de nuestro equipo, esperamos ilustrar cómo esta forma de trabajar puede transformar la dinámica de un estudio creativo, fomentando un ambiente más inclusivo, innovador y, en última instancia, más satisfactorio para todos los involucrados.
¿Qué significa “horizontal” en un proyecto creativo?
En muchos estudios creativos, la palabra “equipo” puede sonar atractiva y positiva, evocando imágenes de colaboración y trabajo conjunto. Sin embargo, en la práctica cotidiana, a menudo se revela que la realidad es muy diferente. En la mayoría de las ocasiones, es una sola persona la que toma las decisiones, el llamado “líder” del proyecto. Este líder tiene una visión clara y, aunque puede estar abierto a recibir ideas y sugerencias de otros miembros del grupo, si estas no se alinean con su perspectiva o enfoque, suelen ser rápidamente descartadas e incluso ridiculizadas con violencia verbal como método de control y dominio. Este tipo de dinámica lleva a un ambiente de trabajo donde las contribuciones de los demás se sienten infravaloradas y donde la creatividad se ve limitada por la falta de inclusión en el proceso de toma de decisiones.
En Munco, cuando hablamos de “equipo”, realmente nos referimos a un enfoque horizontal y colaborativo que transforma la manera en que se desarrolla un proyecto creativo. Cada persona que participa en un proyecto —ya sea diseñadora, gestora de proyectos, editora o cualquier otro rol— tiene un peso igual a la hora de decidir. Este modelo de trabajo promueve un ambiente donde todas las voces son escuchadas y se valora la diversidad de perspectivas. La coautoría se convierte en un principio fundamental, lo que significa que no hay una sola autora que se lleve todo el crédito, sino que cada miembro del equipo contribuye de manera significativa al resultado final.
La coautoría no solo enriquece el proceso creativo, sino que también fomenta un sentido de pertenencia y compromiso entre las miembros del equipo. Al sentir que sus ideas son valoradas y que tienen un impacto real en el proyecto, las colaboradoras se sienten más motivadas y dispuestas a aportar su máximo potencial. Este enfoque horizontal permite que surjan ideas innovadoras que quizás no habrían visto la luz en un entorno más jerárquico, donde el miedo a la crítica o la falta de espacio para la expresión personal pueden inhibir la creatividad.
Además, este modelo de trabajo horizontal también promueve la responsabilidad compartida. Al ser coautoras de un proyecto, todas las miembros del equipo comparten no solo los éxitos, sino también los desafíos y las dificultades que puedan surgir durante el proceso. Esto crea un ambiente de apoyo mutuo, donde cada una se siente respaldada por sus compañeras, lo que a su vez puede conducir a una mayor resiliencia y capacidad para enfrentar obstáculos. En resumen, en Munco, la horizontalidad en un proyecto creativo no es solo un modelo, sino una práctica que transforma la forma en que trabajamos juntas, fomenta la innovación y construye un equipo cohesionado y comprometido.
Nuestro proceso: escucha activa, mediación y mejora constante
No improvisamos. Tenemos procesos y metodologías claras, respetadas y bien definidas que guían nuestro trabajo y nos permiten ofrecer resultados de alta calidad. Cada paso que damos está fundamentado en la colaboración y la comunicación asertiva.

1. Escucha activa (antes de diseñar):
Antes de abrir un software o dibujar una línea, escuchamos atentamente. La escucha activa es un pilar fundamental de nuestro proceso. Nos enfocamos en entender a la clienta, al equipo y al contexto en el que se desarrolla el proyecto. Nos hacemos preguntas cruciales: ¿Qué necesita este proyecto en particular? ¿Qué valores y principios lo guían? ¿Quiénes son las personas que habitarán este diseño y qué experiencias aportan? Esta etapa es vital porque no diseñamos desde el ego, sino que construimos desde la relación y la empatía. Cada voz cuenta y cada perspectiva enriquece el proceso de creación.

2. Propuestas individuales:
Una vez que hemos escuchado y comprendido el contexto, cada persona del equipo se embarca en el desarrollo de una propuesta inicial. Este paso es esencial, ya que permite explorar diferentes caminos posibles, todos fundamentados en lo que hemos escuchado. Todas estas propuestas son válidas y aportan una diversidad de ideas que enriquecen el proyecto. Es importante destacar que ninguna propuesta es considerada “mejor” por el simple hecho de provenir de alguien con más experiencia; valoramos la creatividad y la originalidad de cada miembro del equipo.

3. Mediación:
En esta fase, compartimos las diversas propuestas desarrolladas por cada miembro del equipo (en ocasiones también de personas externas al equipo). Juntas, decidimos colectivamente cuál de estas ideas avanza y cuál se ajusta mejor a las necesidades del proyecto, o si es posible combinar elementos de varias propuestas para crear algo aún más sólido. Buscamos encontrar un punto medio que equilibre razones subjetivas y objetivas. Esto implica un análisis técnico, ético y contextual de cada propuesta. Si surge algún desacuerdo, no necesariamente la mayoría gana por inercia; en cambio, continuamos el diálogo hasta que encontramos una solución que todas podamos sostener y defender.

4. Mejora constante:
La propuesta final se construye de manera colectiva, lo que significa que cada miembro del equipo tiene la oportunidad de contribuir a su evolución. Trabajamos juntas en la refinación de colores, composiciones y otros elementos visuales. Cada evolución se discute en grupo, lo que permite que todos aporten sus ideas y sugerencias. Este enfoque de mejora constante asegura que el diseño no solo cumpla con los objetivos iniciales, sino que también se adapte y evolucione a medida que el proyecto avanza. La colaboración continua y la retroalimentación son esenciales para lograr un resultado que no solo sea estéticamente agradable, sino que también resuene con las necesidades y deseos de quienes lo utilizarán.
¿Y si no llegamos a un acuerdo?
En cualquier grupo, es completamente normal que surjan diferencias de opinión y perspectivas. Estas diferencias son parte inherente de la naturaleza humana y pueden surgir por diversas razones, como antecedentes culturales, experiencias personales o simplemente por la diversidad de ideas. Lo que realmente importa en estas situaciones no es evitar el conflicto a toda costa, sino más bien mediar el conflicto con respeto y consideración hacia todas las involucradas. La manera en que manejamos estas discrepancias es el verdadero trabajo de una diseñadora.
Cuando nos encontramos en una situación donde no hay consenso, es fundamental contar con herramientas claras y efectivas que nos ayuden a navegar por las diferencias. A continuación, se presentan algunas de estas herramientas:
Votación informada: En este proceso, primero discutimos a fondo los pros y contras de cada opción disponible. Este intercambio de ideas nos permite entender mejor las diferentes perspectivas y las razones detrás de cada postura. Después de esta discusión enriquecedora, procedemos a realizar una votación. Sin embargo, es importante destacar que esta votación no es anónima; cada miembro del grupo asume públicamente su elección. Esto promueve la responsabilidad y la transparencia, y permite que cada voz sea escuchada y considerada en el resultado final.
Rotación de voces: En muchas ocasiones, ciertas personas tienden a dominar las conversaciones, lo que puede llevar a que las opiniones de otros queden relegadas. Para contrarrestar esto, implementamos una estrategia de rotación de voces. Esto significa que aquellos que no han tenido la oportunidad de expresarse en discusiones anteriores tendrán la oportunidad de hablar más en esta ocasión. Este enfoque no solo garantiza que se escuchen nuevas voces, sino que también enriquece la discusión al incorporar diferentes puntos de vista y experiencias.
Tiempo de pausa: En momentos de tensión emocional, es crucial reconocer que el clima del grupo puede afectar negativamente la toma de decisiones. Si percibimos que la conversación se está volviendo acalorada o que los participantes están sintiendo presión, decidimos detener el proceso y tomarnos un tiempo de pausa. Este tiempo permite a todos reflexionar sobre lo discutido y enfriar los ánimos, evitando decisiones impulsivas que podrían no ser las más adecuadas para el grupo. La pausa es una herramienta valiosa que fomenta un ambiente más saludable para el diálogo y la resolución de conflictos.
En última instancia, es esencial recordar que la horizontalidad no implica la ausencia de conflicto. Por el contrario, la horizontalidad se manifiesta en la capacidad de resolver estos conflictos de manera constructiva y colaborativa entre pares. Al trabajar juntas para encontrar soluciones, no solo enfrentamos y resolvemos nuestras diferencias, sino que también construimos un sentido más profundo de comunidad y respeto mutuo. Así, cada desacuerdo se convierte en una oportunidad para aprender y crecer, tanto individualmente como colectivamente.
¿Qué ganamos con este modelo?
Podrías pensar que sin jerarquías, todo se vuelve lento o confuso. Sin embargo, en la práctica, hemos encontrado que este modelo nos ofrece ventajas reales y significativas que transforman la manera en que trabajamos y colaboramos:
✅ Mejor calidad del diseño
Al pasar por múltiples miradas y perspectivas, el resultado final es más sólido, inclusivo y estratégico. Este proceso colaborativo permite que cada miembro del equipo aporte su experiencia y conocimientos, enriqueciendo el diseño con ideas que quizás no habrían surgido en un entorno jerárquico. La diversidad de opiniones no solo mejora la estética, sino que también fortalece la funcionalidad del diseño, asegurando que se adapte a las necesidades de una audiencia más amplia.
✅ Mayor compromiso del equipo
Cuando decides algo en conjunto, te sientes responsable de su éxito. Este sentido de propiedad no solo motiva a los individuos a esforzarse más, sino que también fomenta un ambiente de trabajo donde cada una se siente valorada y escuchada. La implicación directa en el proceso de toma de decisiones crea un vínculo emocional con el proyecto, lo que se traduce en una mayor dedicación y esfuerzo por parte de todos las involucradas.
✅ Menos sesgos
No dependemos de una sola visión, lo que nos permite evitar imposiciones estéticas o culturales que a menudo limitan la creatividad. Al considerar una variedad de perspectivas, se minimizan los sesgos que pueden surgir de una única voz dominante. Esto no solo enriquece el resultado final, sino que también promueve un ambiente de trabajo más equitativo y justo, donde todas las voces tienen la oportunidad de ser escuchadas y valoradas.
✅ Proyectos más auténticos
El diseño refleja lo colectivo, no el ego de un “genio”. En este modelo, el enfoque no está en la gloria individual, sino en el logro conjunto. Esto permite que los proyectos sean más representativos de las comunidades a las que sirven, generando un impacto más profundo y duradero. Los resultados son auténticos, ya que cada elemento del diseño ha sido considerado y debatido por el equipo, reflejando así una verdadera colaboración.
✅ Tiempo mejor aprovechado
Trabajamos menos tiempo ya que hacemos más eficientes los procesos. En Munco, no existen las "horas nalga", ya que no tenemos horarios de trabajo fijos. Cada quien decide cuándo, cómo y dónde trabajar, lo que permite una mayor flexibilidad y adaptación a las necesidades individuales. Esta autonomía en la gestión del tiempo no solo mejora la productividad, sino que también contribuye al bienestar general de las miembros del equipo, quienes pueden equilibrar mejor su vida laboral y personal.
Y tú, ¿cómo tomas decisiones en tus proyectos?
Sabemos que no todas las organizaciones pueden organizarse como una cooperativa. Sin embargo, creemos firmemente que cualquiera puede incorporar prácticas horizontales que fomenten la colaboración y la inclusión:
Escuchar antes de decidir, promoviendo un ambiente donde cada opinión cuenta.
Dar espacio a voces distintas, asegurando que las ideas de todos sean consideradas.
Validar decisiones con el equipo, no imponerlas, creando un sentido de comunidad y pertenencia.
Rotar liderazgos en cada etapa, permitiendo que diferentes personas guíen el proceso según sus fortalezas.
Incluir a todas las personas involucradas o afectadas por el proyecto, garantizando que sus necesidades y preocupaciones sean atendidas.
Porque la creatividad no debe ser un monólogo. Debe ser un diálogo. Un proceso de mediación, tradición, interpretación y cuidado mutuo, donde cada interacción enriquece el resultado final.
Este modelo no es perfecto. Pero es justo
Sí, a veces lleva más tiempo. La deliberación y el consenso pueden hacer que los procesos sean más largos, pero el resultado vale la pena. Este enfoque, aunque más lento, permite que cada voz sea escuchada y que cada idea sea considerada, lo que enriquece el proceso creativo. La diversidad de opiniones y perspectivas no solo mejora la calidad de las decisiones tomadas, sino que también promueve un sentido de pertenencia y compromiso entre todas las miembros del equipo. Cada paso en este proceso es una oportunidad para aprender y crecer juntas, lo que a la larga fortalece no solo el proyecto en sí, sino también la cohesión del grupo.
Sí, requiere mucha comunicación. Establecer un diálogo abierto y honesto demanda esfuerzo y dedicación, pero fortalece las relaciones dentro del equipo. La comunicación efectiva va más allá de simplemente intercambiar información; implica escuchar activamente, entender las preocupaciones de las demás y estar dispuestas a adaptarse. Este tipo de interacción crea un ambiente donde todas se sienten valorados y respetados, lo que fomenta una cultura de colaboración. La transparencia en la comunicación también ayuda a prevenir malentendidos y conflictos, permitiendo que el equipo se enfoque en su objetivo común sin distracciones innecesarias.
Sí, exige paciencia, empatía y disposición al error, ya que el aprendizaje a menudo proviene de los tropiezos y las correcciones en el camino. La paciencia es fundamental, ya que no todos los procesos se desarrollan de manera lineal. Aceptar que los errores son parte del viaje y no un fracaso es crucial para el crecimiento personal y colectivo. La empatía, por su parte, permite que las miembros del equipo se pongan en el lugar de los demás, fomentando un ambiente de apoyo y comprensión. Esta combinación de habilidades no solo mejora el rendimiento del equipo, sino que también contribuye a un ambiente de trabajo más humano y compasivo.
Pero también genera confianza, autonomía y sentido de pertenencia. Estas son las bases sobre las cuales construimos no solo proyectos, sino también un entorno de trabajo saludable y motivador. La confianza se establece cuando las personas sienten que sus contribuciones son valoradas y que pueden expresar sus ideas sin temor al juicio. La autonomía permite que cada miembro del equipo asuma la responsabilidad de su trabajo, lo que a su vez fomenta la creatividad y la innovación. Este sentido de pertenencia es crucial; cuando las personas se sienten parte de algo más grande, su motivación y compromiso aumentan, resultando en una mayor satisfacción laboral y un rendimiento superior.
Produce trabajos que no solo se ven bien, sino que se generan bienestar, desde el cuidado y la atención al detalle, lo que resulta en un impacto positivo en la comunidad y en el entorno en el que operamos. Cada proyecto se convierte en una manifestación tangible de los valores y principios que defendemos, lo que genera un efecto dominó que beneficia no solo a nuestro equipo, sino también a aquellos que interactúan con nuestro trabajo. Al enfocarnos en la calidad y la sostenibilidad, contribuimos a un futuro más próspero y equilibrado para nuestra comunidad, asegurando que nuestras acciones tengan un significado más allá de lo inmediato.
En Munco, no buscamos ser más rápidas. Buscamos ser más cuidadosas. No queremos imponer estilos. Queremos co-crear con propósito, asegurando que cada proyecto sea un reflejo auténtico de las personas y las ideas que lo han creado. Este enfoque colaborativo permite que cada miembro del equipo aporte su singularidad y creatividad, lo que resulta en soluciones innovadoras que pueden no haber surgido en un entorno más rígido. En última instancia, nuestro objetivo es fomentar un entorno donde la creatividad y la colaboración puedan florecer, beneficiando a todas los involucradas y a la comunidad en general. Al priorizar la calidad sobre la velocidad, estamos construyendo un legado que perdurará y resonará en el tiempo, dejando una huella positiva en el mundo que nos rodea.

¿Quieres implementar la toma de decisiones horizontal en proyectos creativos?
Estamos emocionadas de invitarte a formar parte de nuestra comunidad, donde la colaboración y la innovación son el núcleo de nuestro enfoque. Si sientes que hay un espacio para mejorar la forma en que trabajas o si simplemente deseas implementar la toma de decisiones horizontal en proyectos creativos, ¡este es el lugar para ti!
Ofrecemos una variedad de talleres tanto presenciales como virtuales que se centran en la toma de decisiones horizontales en equipos creativos. Estos talleres están diseñados específicamente para fomentar un ambiente inclusivo donde cada voz cuenta, permitiendo que todas las miembros del equipo participen activamente en el proceso de toma de decisiones. Esto es especialmente valioso para cooperativas, colectivos, estudios o empresas que buscan adoptar nuevas y mejores formas de trabajar. Nuestro objetivo es demostrar que es posible vivir y trabajar dignamente, promoviendo la equidad y la colaboración en todos los niveles.
Durante nuestros talleres, abordamos temas esenciales como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la creatividad colectiva. A través de dinámicas interactivas y ejercicios prácticos, los participantes aprenderán a aplicar estos principios en sus propios contextos, mejorando no solo la productividad, sino también el bienestar general del equipo. Además, proporcionamos herramientas y recursos que pueden ser utilizados después de los talleres para seguir fomentando un ambiente de trabajo colaborativo y horizontal.
Estamos aquí para apoyarte en cada paso del camino. Si tienes un proyecto en mente, no dudes en escribirnos. Nos encantaría explorar cómo podemos colaborar y adaptar nuestras metodologías a tus necesidades específicas. Recuerda, tu proyecto también puede funcionar de manera horizontal y colectiva, y juntas podemos hacer que esto suceda.




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